La otra cara de las cosas
Se levantó ese día, y estiró la mano para agarrar, como siempre, el vaso de agua que deja sobre su velador. Se nota su angustia. Tuvo malos sueños toda la noche. Se movió tanto que cayó su cobertor al suelo, lo que le provocó algo de frío el resto de la noche. Hasta gritó. Es demasiado sensible, todo le afecta demasiado y termina sufriendo por semanas por algo que no es tan grave.
Cuando te miras al espejo lo haces en forma automática. Te arreglas, te peinas, te maquillas y te vas. Ese pedazo de vidrio que da el reflejo de tu rostro no es más que eso: lo que te ayuda a verte como saldrás a la calle. Hay algunos que son grandes, y te dejan apreciar cuando alto o gordo te ves hoy. Hay otros más pequeños que puedes mover en tu bolsillo y sacar cada vez que quieras. Una cosa, algo físico, algo que no tiene mayor relevancia si se rompe o pierde.
Su andar es pesado producto de las pocas horas de sueño. Cuando pasó cerca de mí, casi me botó. Imagínense si me rompo. ¿Cómo podría ella ver ese lindo rostro cada mañana?. Me necesita para arreglar esas ojeras que ya se aprecian bajo sus ojos. Son ya muy grandes. Son muchos días los que lleva acostándose tarde producto del estudio.
Anoche la llamó. Después de varios días, recién anoche se dignó a comunicarse con ella. Lloró tanto rato que hasta yo sentí tristeza. Es que son muchos años los que llevamos juntos. Hay sentimientos entre ella y yo. Me ha movido de casa en casa varias veces. Sí, sí sé, no soy de lo más atractivo del mundo. Soy medio rojizo, pero me mezclo con negro, lo cual pienso me da un estilo único. Además tengo dos caras, y por una de ellas tengo tanto aumento que ella puede ver de inmediato donde está la espinilla que siempre le molesta. Soy ovalado, y mi tamaño es cómodo. Me lleva muchas veces en su cartera, aunque generalmente estoy posado sobre su cómoda, justo frente a ella. En su dormitorio, donde todo lo veo, donde todo lo siento.
Anoche, cuando colgó, lloró un buen rato. Estaba tan cansada de todo. Tres años, tres años para darse cuenta que no valía la pena, que la había engañado muchas veces. Que todo ese tiempo había sido una mentira. Yo no quiero pecar de intruso, las cosas pasan frente a mí sin que yo pida que así sea. Ahora resulta que ella está mal. Lo está pasando pésimo. Se le nota. La conozco demasiado. Es más, casi estoy seguro de que esto la tendrá mal durante mucho tiempo. No la veo bien. Su mirada la veo perdida, casi siento su decepción para con todo.
Eso, trata de arreglar un poco esa carita. Que nadie note que has llorado. Tú eres fuerte y poderosa. Son tus ojos los que demuestran todo. Maquíllalos, arréglalos, tapa cada línea que demuestre que estás triste. Oculta a los ojos de los demás esa desazón. Quisiera ayudarte. Quisiera acogerte como tú lo has hecho conmigo durante todo este tiempo. Quisiera que entraras en mi mundo. Acá, donde todo es blando y suave. Donde las penas no se sienten.
¿Quieres entrar?, ¿quieres ser parte de este universo paralelo que tienes a tu disposición sin siquiera saberlo?. Ven, acércate. Más aún. Dame tu mano para que pueda tomarla y traerte a la felicidad. Donde nadie te podrá lastimar. Donde
nadie podrá hacerte sufrir. ¿La logras sentir?, ¿sientes esa paz que te rodea y te envuelve?.
Ahora tú miras a través mío. Ahora tú ves todo lo que te causa pesadumbre. Te estás dando cuenta que sufres demasiado, que todo puede ser más fácil. Esa cama desecha te recuerda las pesadillas de la noche anterior, y esas pesadillas te llevan a la desesperanza que sentiste luego de ese llamado. Miras las ropas en el suelo. Ahora entiendes el frío que sentiste durante la noche. No quieres volver más al otro lado. Desde acá todo se ve más claro. De este lado las cosas son diferentas, mágicas, ideales.
¿Quieres volar?, sólo levanta los brazos y salta muy fuerte. Acá todo es posible, todo es diferente, eres libre de ser lo que quieras. Tus ojeras se han ido, tu cansancio desaparece, la pena se evapora. ¿Buscas mi otra cara?, ¿quieres ver como se ve en aumento ese lugar que te trajo desgracias?. Camina un poco más y encontrarás todo más claro, más grande.
Sabía. Te angustiaste. No te gustó ver tan grande la fealdad del mundo real. Te diste cuenta que ese continuo mentir de que todo estaba bien, no le hace bien a nadie. Es que así es la vida, un continuo mentir. Los seres humanos nunca dicen realmente lo que piensan. Siempre se guardan esas emociones tan dentro que cuando realmente quieren sacarlas no las encuentran, y terminan perdidas para siempre en lugares escondidos. Tal vez si buscaran en mundos paralelos podrían conseguir ser honestos con ustedes mismos, y darse cuenta que lo que piensan no es lo que dicen, sino sólo caretas que en algún momento se van a caer. Justo como te está pasando a ti.
Te diste cuenta que tu mundo era una careta, que no eras feliz como decías, sino que estabas creando un mundo irreal para poder vivir con un poco de tranquilidad. Por eso quisiste venir a mi lado, para darte cuenta cómo son las cosas. Para mirar desde el otro lado la realidad de las emociones. Para encontrar esos sentimientos que guardabas tan celosamente por temor a que te jugaran en contra. Tal y como te pasó. Se te vino el mundo encima. Esa llamada sólo fue la gota que rebasó el vaso. La suma de mentiras que te decías a ti misma terminó por pasarte la cuenta.
¿Viste?, sólo tenías que cruzar a este lado para darte cuenta de ello. ¿Pero qué tienes?, ¿estás llorando?. No niña, no sufras más. Piensa que el darte cuenta de todo te ayudará a seguir de mejor manera el camino que tanto te ha costado saber llevar. No llores más que me causas pena a mí también. No quise hacerte daño mostrándote todo esto. Sólo quería que vieras lo que yo veo. No niña. No corras, no te asustes. Niña, por favor. Perdóname.
Aún no es tarde para una solución. No quiero verte con un pedazo mío en una mano tratando de atentar contra tu vida. Sólo necesitas no mentirte más, no engañarte a ti misma con emociones escondidas. Anda, levántate, despierta de ese sueño inquieto. Estira tu mano hacia tu vaso de agua. Mírame, y ve a través de tus ojos la verdad de todo. Sonríe y date otra oportunidad. Mírate a través mío y di que todo estará bien.