CELOSAMENTE GUARDADO
Una mirada fija. Cautivadora. Dejando algo sin decir. Guardando secretos celosamente. Intrigando a todo aquel que quiere adentrarse en su ser. No demuestra lo que realmente piensa o siente. Unos ojos abiertos que analizan antes de demostrar sentimientos.
Un rostro redondo. Nariz respingada. Boca de cereza. Mejillas alargadas. Un conjunto armonioso que rechaza ser mirado. Un rostro que frunce el ceño cuando algo le disgusta. Dos cejas expresivas que no dudan en alzarse cuando algo está fuera de lugar.
Cuando entra a algún lugar llama la atención. Su cuerpo alto y delgado inspira ternura. Parece un niño nervioso que no sabe donde poner sus largas extremidades. Quiere que lo aprecien, pero no lo demuestra. Busca miradas tratando de acoplarse, sin darse cuenta que no lo necesita; él ya es parte de todo sin querer. Fuerte. Seguro. Diciendo sin decir. Cuidando sus pasos. Decidido.
Da la impresión de conocerlo de siempre. Su calidez es tan fuerte que lleva a quererlo sin saber mucho de él. Su forma de hablar es tibia, similar a una vertiente de agua termal. Su conversar es calmo, como si su razón fuera cuidar las palabras. Siempre cuidadoso, siempre reticente a entregar más allá. Solo horas bastan para querer conocerlo.
Sus manos largas intrigan. ¿Cómo toman un cuerpo?, ¿cómo demuestran pasiones que parecen reprimidas?, ¿cómo aseguran que con un sólo abrazo harán sentir seguridad?, ¿cómo conseguirán que al rodear una cintura, nada pasará?
Pasos seguros. Pisadas fuertes. Caminar derecho. Seguridad en sí mismo. Erguido. Alto. Orgulloso. Pensando en todo lo que falta por hacer. Nunca conforme, nunca completamente satisfecho de sus logros. Siempre esperando poder más, siempre queriendo dar más de sí mismo. Son esas ansias de llenar vacios intelectuales las que lo hacen alguien interesante. Son esas ganas de llenar con conocimientos su mente lo que provocan una conversación larga y pausada. Son esas miles de necesidades de conocimientos las que llevan a querer compartir sabiduría con él.
Noches enteras para mirarlo sin poder saber que piensa. Días completos estudiando sus gestos para adivinar que hará a continuación. Difícil. Complicado. No hay vulnerabilidad en su forma de ser. No hay chance para adentrarse en su mente. No hay forma de saber cómo reaccionará, o que hará en el momento que sigue. Pero es eso lo que lo hace más atrayente. Es eso lo que consigue que estar a su lado sea una sorpresa constante.
Pasividad en su forma de actuar. Concentración al momento de conversar. Pasión por la vida en cada paso que da. Deseo de vivir en mil actuares diarios. Avidez de sorpresas pide su ser. Ganas de ser más en cada intento por conocer lo desconocido. Una entrega absoluta al momento de querer. Fidelidad a toda prueba al momento de amar. Una persona simple, pero compleja a la vez. Un ser que desafía a que lo logren conocer.
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