domingo, 10 de agosto de 2008

Sentimientos cruzados (Una biografía de Michelle Bachelet)

Si la miran piensan que sólo es una mujer. Si se detienen a observarla verán la fuerza que sus ojos muestran. Si averiguan conocerán su historia. Si lo analizan conseguirán ver esa relación que ha tenido desde siempre con el poder y con la justicia. Si, eso es. Justicia. Pequeña palabra. Gran significado. Capacidad para regular el país. Sentimientos involucrados al momento de querer ejercerla. Emociones que le darán la fuerza para llegar a ser una mujer rigiendo un país.

De padre militar, el régimen estricto fue parte de su vida. La rectitud y los valores morales enmarcaron su forma de pensar. La correcta forma de hacer las cosas, su camino a seguir. Las ansias por un mundo mejor la llevaron a formar parte de esa juventud socialista que marcaría su camino político a alcanzar.

Su familia, su fuerza, su vida, su parte, su entero. Un sinfín de emociones en cada actuar de su vida. Un mundo de sensaciones surgiendo en cada paso que daba en una carrera política, que no sabia que fin tendría. Un sentimiento de traición rodeando su vida por mucho tiempo. Un padre detenido después de haber dado todo por su pasión: la Fuerza Aérea. Un gobierno que descartaba la posibilidad de que personas con su pensar pudieran aportar algo a ese nuevo gobierno.

El exilio fue su forma de arrancar de las pesadillas que la asustaban. Un escape de todo aquello que estaba viviendo su país. Una nueva vida se hacia presente frente a sus ojos. Una nueva opción de ser feliz. Pero no, su vida política debía seguir un curso, era parte de su destino. La juventud socialista la seguiría hasta Alemania Oriental como una forma de escape a todos esos demonios que guardaba dentro. La tomaría entre sus brazos para acunarla en ideales que pensaba perdidos.

Creció. Vivió. Renació, Y volvió. Regresó a sus raíces. Se reencontró con todo aquello a lo que temía. Un nuevo gobierno se estaba formando. Una nueva posibilidad de demostrar que su voz se podía hacer escuchar. Un nuevo régimen que le abría las puertas para demostrar todas esas ideologías que podrían lograr un mundo mejor. Un desafío para esas angustias que le atormentaban el alma. Un ministerio que la llevara a comprender una parte de su vida. El Ministerio de Defensa.

Asume una nueva faceta con la convicción de que, el haber sentido toda esa maldad la ayudaría a enfrentar este nuevo cargo con mayor entereza. Tratando de solucionar. Queriendo salvar, y salvarse. Buscando un refugio en ese odio hasta transformarlo en fuerza para ser más. Buscando caminos para demostrar que de todo lo malo se puede sacar un provecho. Encontrando razones donde todo es ilógico.

Quiere ser Presidente demostrando que una mujer puede estar al mando. Los candidatos están reticentes por lo nuevo que se les avecina. Quiere luchar por seguir demostrando que peleará por defender sus ideales. Existe la fuerza y la entrega para este nuevo camino teniendo la confianza que se logrará. La Presidencia de la República. Una mujer en la Moneda. El ímpetu femenino que busca mostrar que puede ser más. Una mujer que venció sus demonios para poder darse por entera a un país que la pide. Una persona que desea entregar y compartir sus vivencias como una forma de encontrar lo que su nación le quitó.

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